Formado, como sus compañeros de generación, entre las enseñanzas tradicionales de la Real Academia Danesa de Bellas Artes y las Escuelas de Estudios Libres, fundadas como reacción frente aquella, ambas en Copenhague, Hammershøi siguió sin embargo un camino artístico personal, configurando un estilo propio que ni siquiera sus contactos con la vanguardia contemporánea europea, sobre todo francesa y británica conocida en varios viajes a París y Londres, lograron alterar.
Sus obras, casi revolucionarias en el panorama artístico danés de finales del siglo XIX y comienzos del XX, no solo fueron el estímulo para la renovación de la pintura local y la creación de un foco vanguardista en su patria, sino que gozaron de gran prestigio internacional, convirtiendo a su autor en el máximo representante de la pintura intimista nórdica y en influencia decisiva para la pintura figurativa contemporánea, e incluso para el cine (caso del director Carl Theodor Dreyer). Su redescubrimiento último, con motivo de la retrospectiva organizada por el Museo d’Orsay en París y Copenhague en 1997-1998, ha revitalizado esa impronta en las corrientes actuales de pintura intimista, alcanzando a pintores de culturas muy alejadas de las nórdicas.
Hasta el 27 de enero de 2013, el Museo de Bellas Artes de Asturias acogerá como obra invitada este extraordinario Interior de la casa del artista, propiedad del Ateneum Art Museum de Helsinki y cedido temporalmente por éste en intercambio con el San Lucas del Apostolado de El Greco que, entre junio y octubre de este año, ha participado en una exposición temporal dedicada por el citado museo a la pintora finlandesa Helene Schjerfbeck (1862-1946).